Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2022

AMARSE PARA AMAR EN VEZ DE LA TRAMPA DE LA AUTOESTIMA: EL FIN DEL AUTORECHAZO Y EL FIN DE LA CULPABILIDAD

Imagen
Honestamente, más que tenerme en alta estima o tener un elevado concepto de mí, agradezco amarme, amar mis luces y mis sombras, y atenderme. Porque la manifestación clara de que me amo, es dedicarme tiempo, responderme y disfrutarme plenamente, también con lo que no me gusta de mí; sostenerme y tomar la vida por y para mí. A menudo confundimos esto con tenernos en alto concepto, lo cual suele volverse vano, de vanidad, y hostil. Buscar mantener una elevada autoimagen, frecuentemente conlleva dejar más cosas en la sombra de aquello en lo que no nos gusta mostrarnos y reconocernos, pero que ahí queda acechando en la sombra. Frecuentemente para dar ese autoconcepto nos forzamos y criticamos cuando nos salimos de esa “norma” que corresponde con la autoimagen que nos queremos dar. De esta manera nos rechazamos interiorizando los rechazos que alguna vez percibimos . En el mejor de los casos, el autoconcepto se convierte siempre en algo limitante porque no hay nada más parcial que tener un

EL DOMINIO DE SÍ

Imagen
  Como el mito del rey Arturo, la espina o la espada clavada que se hunde en el núcleo más duro y profundo de tu “prima materia” (tu carácter) sólo podrá ser sacada por un auténtico regente que conocerás por sus frutos. La espada sólo obedecerá al rey o reina que gobierna para todo el reino, unificándolo, reconciliando e integrando todas tus partes, armonizándolas y poniéndolas en coherencia. Sanarse es ser feliz, y el dominio de sí es la coherencia interna, la fuerza, la dirección armoniosa o voluntad inspirada, herramienta clave en este camino hacia la verdad del ser. No se consigue forzándote, oprimiendo el corazón, lo cual es “descorazonador”, o reprimiendo o desconectándote de las emociones, sino comprendiendo e integrando todas las partes del ser (el cual es el "dominio" o el "reino") para hacerlas coherentes y poner así fin a la lucha interior. En vez del autocontrol, con su carga negativa del negar o del “no debo”; el autodominio, o mejor, el dominio d

ALGO MUY LOCO DEMASIADO HUMANO

Imagen
      Hace poco oí algo que parece muy loco, la posibilidad de “caer en la vanidad de no ser vanidoso”, y la verdad es que la mente humana se caracteriza por esa extraña habilidad de entramparse así por los trajes o corazas con los que se separa y se individualiza. Parece que asusta que lo somos todo y que podemos disfrutarlo, pues sería una vanidad pretender no ser vanidoso. No hay manera de quedar excluido de algo y que no te toque. Caemos en lo que tratamos de evitar. “Conspiro para conseguir lo que quiero / Y termino en la cárcel. / Cavo fosas para atrapar a otros / y me caigo en ellas. / Debo sospechar de lo que quiero.” (Rumi) Ya en ÁNGEL Y DEMONIO  (otra entrada de este blog)    abríamos el tema de los mecanismos de defensa propios del ego y aquí vamos a ir un poco más allá para explicar alguna de sus neuras. Empecemos con un cuento, donde los personajes (esa individualidad) siempre son parte fundamental de ese cuento que nos contamos. Una vez conocí al personaje que llamare

LA VERGÜENZA Y EL CUENTO DE LA ESENCIA

Imagen
       La vergüenza viene definida en el diccionario como sentimiento de pérdida de dignidad  por una falta, o sentimiento de incomodidad producido por el temor a hacer el ridículo.      Como vemos, el miedo está en la base de esta emoción. Un miedo fundado sobre percepciones no reales. Nos vemos incorrectos o insuficientes. Consiste en un autorechazo como interiorización o anticipación del rechazo social producto de juicios y evaluaciones basadas en la comparación, cuando las personas somos incomparables. Juzgarnos realmente no nos hace justicia, pues cuando se examina algo en busca de un error, se ven las cosas como a través de una lupa y el error efectivamente de alguna forma acaba encontrándose y se ve enorme. Además provoca que las personas nos escondamos y que no nos mostremos como somos, con lo cual la propia visión que tenemos de nosotras mismas tiende a distorsionarse más.      Espero que el siguiente cuento nos ayude a ver que la vergüenza es realmente un miedo infundado