ALGO MUY LOCO DEMASIADO HUMANO

 


    Hace poco oí algo que parece muy loco, la posibilidad de “caer en la vanidad de no ser vanidoso”, y la verdad es que la mente humana se caracteriza por esa extraña habilidad de entramparse así por los trajes o corazas con los que se separa y se individualiza. Parece que asusta que lo somos todo y que podemos disfrutarlo, pues sería una vanidad pretender no ser vanidoso. No hay manera de quedar excluido de algo y que no te toque. Caemos en lo que tratamos de evitar. “Conspiro para conseguir lo que quiero / Y termino en la cárcel. / Cavo fosas para atrapar a otros / y me caigo en ellas. / Debo sospechar de lo que quiero.” (Rumi)

Ya en ÁNGEL Y DEMONIO (otra entrada de este blog)  abríamos el tema de los mecanismos de defensa propios del ego y aquí vamos a ir un poco más allá para explicar alguna de sus neuras. Empecemos con un cuento, donde los personajes (esa individualidad) siempre son parte fundamental de ese cuento que nos contamos. Una vez conocí al personaje que llamaremos “el coleccionista de huellas”. Sólo apreciaba las cosas cuando pasaban a ser una huella. Antes no podía apreciarlas porque estaba ensimismado en su colección de huellas, impresiones del pasado, de lo que había perdido. Veía todo lo que no había en una huella y no podía ver lo que tenía delante de sus ojos. Se perdía el espécimen, por atesorar su huella.

También conocí a “el misterioso” que se mantenía en la cobertura de su misterio para no ser, porque ser era exponerse. Imaginemos que la película que te montas es, por ejemplo, para lograr evitar el asumir responsabilidades. Hay que inventarse cien mil excusas y un millón de justificaciones pero finalmente lo consigues; el caso es si eso te dará la felicidad. ¿Estarías feliz con ello o nunca llegarías a estar feliz no asumiendo responsabilidades? Detrás del no asumir responsabilidades anda la amenaza de la culpa. Y la culpabilidad se termina asumiendo sólo lo que eres capaz de hacer, ni más ni menos, y no según tu capacidad del pasado ni la del futuro, sino la del presente.

¿Es que querían estas personas hacerse el harakiri? Obviamente no, pero en sus mentes se ve mucho más segura esta opción que vivir y disfrutar de la vida.

Pero quiero ser algo más qué otro personaje que se queda con el traje o con el disfraz en vez de con la persona. Veo a la persona encerrada dentro aterrada de miedo y me reconozco. Es una cosa muy loca que le pasa al común de los mortales de una forma u otra: ver fantasmas y fabricar barreras frente a éstos de forma que crean los fantasmas. Porque todo se construye sobre una sensación de carencia que no es real, ya que eso de lo que crees que tienes carencia está a tu disposición, pero sin darte cuenta, tú mismo has levantado las barreras frente a eso. Has construido un miedo sobre algo irreal, con la barrera le has dado realidad y ahora parece imposible deshacerla.

Observa tu malestar o estrés, y date cuenta de que detrás se percibe una amenaza, un posible daño, un ataque, ofensa, humillación o un resentimiento, detrás lo cual a su vez hay un miedo o una sensación de pérdida o carencia. Observo cómo esos miedos, o sensación de carencia, vienen de percibir un mundo fragmentado y por lo tanto sin significado y que no comprendo. Al separarme del mundo y poner el foco afuera dejo de ver el cuadro, no veo la realidad completa sino partes aisladas. De esta manera no puedes ver que es a ti mismo a quien tiendes las trampas que pones.

Una sensación de carencia que típicamente está detrás de los miedos, es la sensación inconsciente de no tener a tu disposición el amor, porque en nuestras coordenadas espacio-temporales toma una forma necesariamente contenida en unos límites, pero “no hay poco que no alcance ni mucho que no se agote”. Es decir, depende de nuestra forma de aprovecharlo y percibir la dimensión completa más allá de la forma espaciotemporal que tome en un determinado momento.

No está a tu disposición eso que quieres conseguir, por ejemplo el amor, si lo parcelas en un aspecto concreto como las manifestaciones de amor que esperas de alguien. Pero ésta es una idea muy chiquita del amor. Que tu idea chiquita del amor te lleve a buscar el amor donde no está ahora, no significa que el amor no esté a tu disposición. No quiere decir que no dispongas de amor porque el amor empieza en ti, sigue estando a tu disposición.

¿Y si no te amas? - me preguntan entonces. Bueno, eso no tiene por qué ser así, nuevamente puedes dejar entrar la luz para deshacer los miedos derrumbando las barreras que una vez levantaste sin darte cuenta. “Tu tarea no es buscar el amor, sino solo buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has construido en contra de él.” (Rumi)

Sólo hay una manera de deshacer los miedos y es sacándolos a la luz, exponiéndose. “Olvida la seguridad, vive donde temas vivir. Destruye tu reputación. Sé notorio.” (Rumi)

No importa que no te gustes, puedes amar lo que no te gusta de ti, y quienes te aman lo hacen con las cosas que no les gustan de ti. Así que no tiene ninguna importancia las cosas que no nos gustan, si además somos conscientes de que al percibir un mundo por partes no captamos el significado de las cosas. Pero al abrirme a eso que no me gusta, tomo la realidad completa con lo que me gusta, y al incluirlo me trasformo, entro en juego y me empodero.

“Porque también está escrito: Y el que pierda su cerebro lo encontrará.” (León Felipe)

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