EL FALSO YO
Superar la idea que tengo de mí, abre la puerta de la cárcel que fabricamos para protegernos. Significa en la práctica conseguir zafarnos del gendarme del “ego”, que es nuestro temperamento y estructura de mecanismos de defensa que componen lo que llamamos “personalidad”.
¿Razonarías con alguien que está borracho? Pues eso es lo que tratas de hacer cuando intentas razonar con el ego y los mecanismos de defensa, tuyos o de otra persona. No se puede razonar con tu parte insensata que se resiste y opone, que se separa con muros y defensas, percibiendo un mundo fraccionado, un mundo de objetos, de imágenes fijas (prejuicios), un mundo sin sentido, por lo tanto, amenazante; en vez de enfocar todo el cuadro, la realidad completa, percibiéndonos como parte del universo, abriéndonos al misterio de quién soy yo realmente y cuál es mi verdadera libertad. Como parece imposible saber quién soy, prefiero quedarme con una mísera historieta de mí.
¿Pero cómo desactivar la falsa historia del ego? Seguramente con sólo cuestionarla
un poco se empezará a desmoronar.
¿Si tuviéramos otro nombre cambiaría aquello que somos? Y si tuviera otra profesión, ¿ya no sería yo misma? Y con otra edad, ¿ya no soy yo? Aquello que nombramos como nuestras señas de identidad no tienen nada que ver con nuestra verdadera identidad.
¿Qué vemos de nuestro propio ser? De todo el potencial que no llega a ser consciente, sólo vemos una ínfima parte de formas con las que nos identificamos y en las que nos encorsetamos. Como si del agua nos quedáramos con la forma del vaso en la que está ahora. Todo ese tesoro inconsciente con talentos y habilidades ocultas, a veces nunca se llega a manifestar, porque el programa del ego, que nos sirvió en su momento, nos mantiene en lo conocido por la trampa de la comparación con lo “malo por conocer”, “pretendiendo salvarnos” del pasado y del futuro, cuando sencillamente ambos son como un fantasma que vemos pero que no está ahí.
Una vida plena, ¿está compuesta por una sucesión ininterrumpida de sensaciones agradables?, ¿o se consigue cambiando la manera como afrontamos y comprendemos los avatares de la vida? Si contemplamos la naturaleza efímera de las cosas, todo viene y va, como el agua en sus diferentes estados que son temporales y anecdóticos, como nuestras emociones y nuestros humores que constituyen nuestro supuesto carácter fijo. En sí misma, esa naturaleza no es ni tóxica ni medicinal, sino cambiante. Entonces, ¿cómo es posible que creamos que un ser es profundamente malo o que una cosa no es en absoluto deseable o por completo detestable? ¿Cómo podemos pensar que algo es de forma intrínseca «nuestro»? ¿Algo nos puede ser propio o ajeno? ¿Cómo podemos pretender que nuestro ego o “personalidad” permanezca inamovible en medio del flujo siempre cambiante? ¿Cómo es posible que mantengamos una programación cerrada como si ya supiéramos todo? Aferrarnos sólo provoca sufrimiento. Si todo va y viene, lo hace desde una esencia, una dimensión más profunda que permanece, donde nada se pierde. A esta altura de la lectura espero que esté emergiendo nuestra parte serena y sensata. Esto puede arrojar algo de luz sobre el sentido y valor de la existencia con una dimensión espacio-temporal, al mismo tiempo que con una trascendencia.
Mientras que el pasado, que tiendes a ver en todas las cosas y comparas con un futuro incierto, te sitúa en el desamparo y la carencia, el instante presente te restituye a tu verdadera y plena naturaleza, formando parte de todo y con todo a tu disposición. Si nos entregamos al presente sin resistencia a lo que es, sino aprovechando todo lo que es aquí y ahora, no hemos de esperar ningún momento próximo, en el que alcances algo o subsanes una supuesta carencia, para ser feliz; tu vida es plena en el único momento del que puedes disfrutar: AHORA. A través de tus imágenes mentales no puedes llenar tu vida porque éstas son pasado (producto del condicionamiento) y te separan de la realidad. Esos objetos mentales nunca van a llenar tu vida porque sólo hay una cosa que puede llenar tu vida: tu propia vida en sí, vivirla completamente. Más allá de las aparentes formas cambiantes que adopte, importa como lo vives tú, tu actitud de disfrute, de aprovechar el momento, abriéndote a conectar con la dimensión profunda del ser, “el yo sin forma o in-forme” (como le llama Eckhart Tolle) a través de poner espacio interior y en las relaciones, y contemplar lo transitorio de las formas como puerta a captar la vida, el instante eterno. No puedo contener lo que soy en conceptos, sino que puedo ser yo misma como parte de la vida y sentir en el fondo mi presencia con todo, mucho más allá de mi propia historia personal falazmente narrada.
Y un hombre dijo, entonces: Háblanos del Conocimiento propio.
Y él respondió:
Vuestros corazones saben, en silencio, los secretos de los días y las noches.
Pero vuestros oídos padecen por el sonido del conocimiento de vuestro corazón.
Querríais saber, en palabras, lo que siempre supisteis (en pensamiento);
Querríais tocar con vuestras manos el cuerpo desnudo de vuestros sueños.
Y es bueno que lo hicierais.
El manantial escondido de vuestra alma necesita brotar y correr murmurando
hacia el mar;
Y el tesoro de vuestros infinitos arcanos sería revelado a vuestros ojos.
Pero no pongáis balanzas para pesar vuestro tesoro desconocido.
Y no- registréis los arcanos de vuestro conocimiento con palos ni sondas.
Porque el yo es un mar inconmensurable.
No digáis: "He hallado la verdad" sino más bien. "He hallado una
verdad".
No digáis: "He encontrado el alma caminando en mi senda."
Porque el alma camina sobre todas las sendas.
El alma no camina en línea recta, ni crece como un bambú.
El alma se despliega como un loto de innumerables pétalos.
Gracias, Marga. Me ha gustado mucho. Y estoy totalmente de acuerdo en todo.
ResponderEliminar"¿Si tuviéramos otro nombre cambiaría aquello que somos? Y si tuviera otra profesión, ¿ya no sería yo misma? Y con otra edad, ¿ya no soy yo? Aquello que nombramos como nuestras señas de identidad no tienen nada que ver con nuestra verdadera identidad".
Somos los mismos.
Gran sabiduría éste último relato.
Me encanta.
A mí me gustaría cambiar muchas cosas en mí. Me iría mucho mejor. ¿Por qué nos cuesta tanto cambiar conductas o dejar de pensar en el pasado?
Gracias. Espero responder a tu pregunta con este artículo: https://margacambapsicologiavital.blogspot.com/2021/12/ano-nuevo-vida-nueva.html
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