EL CUENTO DE POR QUÉ SOSTENGO QUE BUDA ERA GALLEGO

 






Os voy a explicar la razón por la que sostengo a pies juntillas que Buda era gallego y luego no podréis negarme que, por fuerza, tengo que estar en lo cierto.

 

Buda se había retirado a una pequeña aldea para conseguir la tranquilidad que el campo brinda, pero aún así sus habitantes acudían a él con múltiples noticias, o, para ser más exacta, con chismes que a él bien poco le interesaban.

 

Por ejemplo, un día llegaron con la noticia de que por fin iba a haber una boda en el pueblo; qué felicidad, qué alborozo… A lo que Buda invariablemente contestaba: Xa se verá- era gallego seguro.

 

Pero de ahí a un tiempo regresaron contando que esta joven pareja no conseguía tener descendencia; qué desgracia, qué fatalidad, cuánto infortunio… A lo que Buda invariablemente contestaba: Xa se verá.

 

Más adelante volvieron a Buda para contar que al fin la esposa se había quedado embarazada; qué alegría, cuánta dicha, qué buena suerte… A lo que Buda invariablemente contestaba: Xa se verá.

 

Sucedido el parto, acudieron para contar que habían tenido un niño que había nacido lisiado; vaya desgracia, qué fatalidad, cuánta mala suerte… A lo que Buda invariablemente contestaba: Xa se verá.

 

Llegó el tiempo de la guerra coincidiendo con la edad en que este hijo sería llamado a filas y la gente del pueblo fue a contarle a Buda la maravilla de que el joven de su pueblo quedará exento por causa de estar lisiado, librándose de una muerte más que probable; qué alegría, qué alborozo, cuánta fortuna… A lo que Buda invariablemente contestaba: Xa se verá.

 

Pero de ahí a un tiempo volvieron los chismes. Ahora se lamentaban de que aun siendo el único joven que quedaba en la contorna, no encontraba pareja que le quisiera porque estaba lisiado; qué fatalidad, cuánto infortunio… A lo que Buda invariablemente contestaba: Xa se verá.

 

Sin embargo, no pasó mucho tiempo sin que volvieran con el siguiente chisme. Resulta que el joven había conocido a una joven sorda y como ambos tenían una dificultad se entendían muy bien, con lo cual se avecinaba una nueva boda en el pueblo. Y así vuelta a empezar…

 

Es curioso cómo las mismas cosas que nuestra mente parcial puede considerar en un momento malas, al momento siguiente puede verlas como buenas, y viceversa. Con todas las cosas que se dicen, y todas las cosas que tendemos a juzgar, más todas las cosas que pueden llegar a pensarse…, como diría otra gallega (mi abuela), “non se pode facer caso de todo” (no se puede hacer caso de todo).

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