ESTAR EN EL MUNDO

 

Recientemente la organización ONGAWA me invitó a dar una charla como activista encuadrada dentro del ecofeminismo, porque tenemos esa costumbre de encasillar, y resultó una conversación muy amena que agradezco porque me hizo reflexionar sobre la cuestión vital de la participación social. Me recordó que un día una amiga empezó a comentarme que hablaban de una ecologista, feminista, a lo que salté enseguida “¿quién?”, y resulta que era yo. Me impresionó que hubiera alcanzado tal distinción y desde entonces bromeo con que me han tildado con todos los “istas”: ecologista, feminista, activista, …

Es extraño; me resulta extraño que parezca yo la rara por participar activamente. Lo raro es no formar parte del sitio en el que estás, “estar por haber de todo”. Estoy en el mundo formando parte de mi comunidad, de la sociedad, de la naturaleza, soy lo que soy formando parte de todo ello y me reconozco y genero una conciencia de ser yo misma, de este papel dentro de todo esto. Supongo que es lo “normal” o lo lógico si aspiramos a Vivir auténticamente, con mayúsculas, formando parte del mundo que queremos vivir, que es un una clave fundamental de salud.

NO ES UNA PARTICULARIDAD SER ECOLOGISTA O FEMINISTA; LA PARTICULARIDAD, ES NO SERLO. COMO TODO SER VIVO, SOY NATURALEZA. COMO TODO SER HUMANO, EL RECONOCIMIENTO QUE MEREZCO ES COMO PERSONA TRASCENDIENDO TODAS MIS SEÑAS DE IDENTIDAD. No se trata de entrar en un club exclusivo separándote, sino de todo lo contrario, de no lavarse las manos de lo que en realidad te incumbe por el mero hecho de estar viva como persona. Vivir es dejar de ser víctima y responsabilizarte. Ahora soy la adulta que da respuesta a la niña que fui, formo parte y construyo el mundo que desde entonces quería vivir. Cuanto más te quejas, menos haces; creyendo que te salvas de la quema te condenas envolviéndote en un círculo vicioso de victimismo que no te favorece. SÉ QUE NO SOY UNA VÍCTIMA, sino que formo parte del problema y de la solución, y esto es responsabilizarme tanto como empoderarme. Que no te den precocinadas las formas de pensar, que no te hagan la democracia; hazlo por ti misma, desarróllala participando, siendo parte de esto, siendo tú misma dentro de esto. Espero vivir en una sociedad igualitaria avanzada, con bienestar y justicia social, y como yo soy parte integrante de eso, NO SE TRATA DE EXIGIRLA HACIA AFUERA, SE TRATA DE CONCEBIRLA Y CREARLA DESDE DENTRO, DESDE MÍ.

Cuando te implicas estás haciendo algo no solo por todos, sino también por ti. Es una vía de salud plena: si me siento con vínculo y cuido de la naturaleza y de lo social y lo humano, también estoy cuidando de mí. ¿Qué mundo quieres construir para vivirlo? Porque, ya sea por omisión o por comisión, somos quienes hacemos el mundo. Aunque pretendamos que “las cosas son así”, en realidad hacemos que sean así. No tiene por qué ser así, y si no tiene por qué ser así, es que de hecho no son así. ¿A qué tipo de de mundo contribuyes?, ¿a aquel en el que deseas estar y formar parte?

Por supuesto, nuestros discursos no surgen en el vacío si no con unos referentes y antecedentes, pero en todo legado hay una parte envenenada que superar, seguir avanzando en la cultura. A pesar de que nos hayan infantilizado adiestrándonos para el mero consumo sin lugar para la auto-reflexión, expresión y creatividad, no tiene por qué ser así. Tú haces que merezca la pena. Y si quieres protegerte de verdad, prepárate para la vida, para la vida activa, plena.  Cada vez hay más medios y van quedando menos excusas.

¡Siempre hay una salida, resignarse no es una opción!

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