LOS SIETE PLANOS (2ª parte)

 


En el artículo anterior abordamos los siete vehículos a través de los cuales se desarrolla la existencia de cada persona, y llegamos hasta el nivel de la psique, en el centro del mapa que muestra la imagen. En este artículo vamos a seguir presentando el resto de planos o vehículos.

Sobre el plano de la psique o del corazón (ya descrito), encontramos el plano social, que se refiere a cómo somos alguien en nuestra comunidad y en los distintos grupos o colectivos sociales en los que nos desenvolvemos, cómo sintonizamos con unas personas y con otras tenemos mayor distancia. Esta mayor distancia no nos convierte en unas personas mejores o peores sino que somos diversas pero iguales en valor. Aunque tengamos diferentes ritmos y frecuencias, todos los escalones y todos los eslabones son necesarios, de la misma manera que los planos que aparecen como “inferiores” por ser de soporte, son tan importantes como los superiores; sin peldaños inferiores no habría peldaños superiores. Por eso este nivel alude a la necesidad que tenemos las personas de reconocimiento, de ser tenidas en cuenta, de tener nuestro sitio y nuestro papel.

Así es la ley de vibración que encontramos en este ámbito; cómo logramos comunicar y transmitir teniendo en cuenta nuestro papel en el conjunto, y las distintas sintonías. Por eso este es el nivel de la garganta, de la comunicación, en el que podemos modular cómo trasmitirlo de manera que llegue a los demás. El plano social se modula con el plano del ego a través del plano del corazón como intermediario. La clave será modular los aspectos sociales y los personales de nuestros propios intereses y necesidades. No reconocer nuestros intereses y necesidades no ayudará a una comunicación para que constituya una relación enriquecedora en la que estén ambas partes por igual. Reconocer el sitio de todos y cada uno ayuda a tomar nuestro sitio, y viceversa. Si en la comunicación (verbal y no verbal), como en la relación, se reconoce solo una parte y por ejemplo no reconoces tus propios intereses y necesidades, la relación solo tiene una pata en vez de dos, comprobarás que no se sostiene, a  la larga no funcionará.

Aquí nos podemos cuestionar la integración de personas y colectivos en la sociedad y en los grupos. Para que sea una verdadera integración debería de estar reconocido el valor de todas y todos por igual, deberían de estar incluidos los intereses y necesidades legítimos de todas las partes por igual.

Entonces vemos que el tema del reconocimiento no es una cuestión vana. Muchos conflictos, sino todos, se resolverían sencillamente alcanzando un reconocimiento mutuo.

Sobre el plano social y la capacidad de reconocer al otro y reconocernos en el otro de manera que en la comunicación llegamos a sintonizar y meternos en su piel sabiendo que es otro; pues sobre ese plano entonces, emerge el plano de la mente intuitiva que es el nivel del juego de las múltiples posibilidades, el que tiene en cuenta ambos lados a la vez.                          

En este plano imperan las necesidades de exploración de los polos de la vida para así poder trascenderla, ya que la ley que marca este plano es la ley de dualidad, que vendría poniendo de relieve que en realidad ambos polos son las dos caras de la misma moneda, de manera que es la parte de nosotras/os que capta cómo funciona esa dimensión de dos polos a un nivel superior o de mayor abstracción. Es la integración de una mente lógica en una mente que ve más allá.

Este plano se modula a través del corazón con la ley de generación (o manifestación) a través de los 2 polos sexuales (o de reproducción) que encontramos en el plano 2 (emocional). A través del plano de la mente intuitiva (que ve más allá de la dualidad) imaginamos, hipotetizamos y diseñamos lo que queremos crear, las experiencias que queremos vivir, o en su defecto siempre tendemos a vivir lo mismo. La forma de manifestar, o llevar al plano físico, ese diseño, es a través de la lógica del contraste de los polos, esto es, la dualidad. Hay que tener en cuenta que hay personas que para captar algo necesitamos más contraste, esto es más contraste en el plano 2 a nivel emocional, más intensidad, que otras.

Es a través de esta mente creativa y divergente, que ve más allá de la lógica de 0-1 (todo-nada), que podemos discurrir nuevas soluciones, que podemos vislumbrar progresos y desarrollar la ciencia, y concretarla después sirviéndonos de la lógica. Decía Einstein: “La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un fiel sirviente. Hemos creado una sociedad en la que se honra al sirviente y se ha olvidado el regalo”. El pensamiento científico es alumbrado primero por la mente intuitiva, exploradora, la que “piensa fuera de la caja”(como dirían en el mundo anglosajón) y tantea nuevos ámbitos, y luego la mente racional – lógica sirve a la anterior y desarrolla la tecnología y la programación necesaria.

Por su parte, el nivel por encima de todos es el Corona, el plano de la conciencia, la que se da cuenta, desde donde se ejerce la soberanía del ser. La verdadera soberanía no está en gobernar a los demás sino en gobernarse, sabiendo gobernar para todas las partes de sí mismo/a. Este plano es que lleva los mandos y conduce (pregúntate si hay alguien al volante de tu vida) y atesora el significado de todos nuestros tránsitos a partir de contemplar todo el cuadro con una perspectiva amplia de la vida. Si no estamos conscientes, es decir al volante, comienzan las problemas a caer como goteras hacia los planos inferiores, pues no hay que olvidar que al final todo va sobre el plano físico, que se resiente de todo.

Este último plano responde a la cuestión principal de qué quieres hacer con tu vida, qué sacarás de estas experiencias, es decir, cómo te autorealizarás, cómo serás tú mismo, cómo aprovecharás el regalo de tu vida, quién soy yo, qué es la vida, cómo hacer que merezca la pena… Aquí impera la ley del mentalismo para la que todo sucede en la conciencia subjetiva, es decir, todo depende de cómo lo vivas tú, cómo vayas construyendo tú tu realidad a través de todos los vehículos de los cuales tu ser se compone. No hay de qué preocuparse, “por qué tener miedo de tu propia creación”. Y además, al final, basta la honestidad para tener una experiencia de vida significativa. Si sirve para ampliar la conciencia, ya habrá valido la pena.

Comentarios

  1. Te felicito Marga. Profundas enseñanzas. Consigues transmitir aquello que está más allá de las palabras.

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